Diferencia de edad

Entre la sociedad tradicional y la gente de mentalidad abierta existen diversas formas de ver una relación entre personas con una diferencia importante de edad, es decir, unos veinte años o más.

Según la normativa ética, lo ideal es que, entre los componentes de una relación, no les separe más de cinco años, en cambio alguien con la mentalidad abierta, acepta cualquier relación.

Sin embargo, independientemente de estas opiniones, la edad no solo es un número, es también un cúmulo de experiencias y aprendizajes, que nos sitúan en una etapa de la vida con unos valores y prioridades particulares.

Generalizando un poco y dejando de lado la recomendación: debemos hacer lo que a cada uno le apetezca sin pensar en los demás, me voy a enfocar en los siguientes hechos.

A los veinte se vive con calma y, a la vez, con mucha energía, los propios impulsos y emociones son las que controlan los actos y el raciocinio se mantiene a un lado. Es alguien que quiere comerse el mundo y está repleto de sueños por alcanzar, aunque a simple vista no tenga prisa por conseguirlo, pues tiene todo el tiempo del mundo.

A los treinta ya se ha dado algún traspié y ha aprendido algunas lecciones, en cambio sigue con la energía suficiente de creer que todo es posible y tarde o temprano alcanzará sus metas. Continúa sin pisar el acelerador, aunque ahora con mayor seguridad en sí mismo.

En la cuarta década, te das cuenta de que, el hecho de haber conseguido algunos de tus sueños, no es suficiente, pues los que ahora consideras más importantes, los has aplazado para alcanzar aquellos que priorizabas a los veinte. En este momento te das cuenta de que ya no te queda tanto tiempo, sin embargo, por otro lado, estás en una etapa de seguridad aplastante por el aprendizaje adquirido en el paso de los años, quieres aprovecharla para sentirte vivo y hacer todo aquello que no te atrevías a hacer con treinta.

A partir de los cincuenta, todo cambia. Tus recuerdos de hace treinta años golpean con fuerza, aquel viejo de cincuenta que se intentaba dar lecciones de vida está ahí, sin embargo la imagen del espejo no se ve así, se siente joven, con vitalidad, capaz de revivir aquellas locuras. Solo hay un freno, la valentía de dejarse llevar con los ojos vendados, pues las experiencias, sufrimientos y aprendizajes han marcado. Ahora la razón martillea a cada paso que das. La apartas, ignoras, te dejas llevar, aun así te persigue con imágenes de hechos que aterran revivir. Es por ello que los pasos son firmes y controlados, no se puede evitar pisar con seguridad, exigir lo que se quiere y rechazar lo que no. Porque sí, el tiempo no es infinito y comienza a escurrirse entre los dedos. Quieres saltar en paracaídas, aunque no sin antes revisar bien la mochila y asegurar una caída limpia y sin roturas, pues estás seguro de que no vas a permanecer en el aire mucho tiempo. 

Y dicho esto, ¿la edad no importa?

Eso dependerá de cada persona, la personalidad y experiencias vividas, no obstante, la sociedad que nos rodea y lo presencia, no suele está preparada para verlo como algo estable, duradero y coherente, así que, es muy posible que elogie y muestre alegría, sobre todo al principio, pues en la actualidad se ven muchos casos en los que ambos se divierten sin más.

Y si fuese algo más profundo ¿serían sinceros? Con el tiempo, puede que la incompatibilidad con aquellos que nos rodean, merme la relación hasta destruirla.

Fue bonito mientras duró. ¿No crees?

¿Has vivido directa o indirectamente alguna situación de pareja, con diferencia importante de edad? Cuéntame.

***  Comenzaré yo misma  ***

Hace dos años conocí a alguien que le abrió los ajos a mi reticencia sobre este tema. La conversación comenzó algo así, ante su propuesta.

-Podrías ser mi hijo.

-No lo eres.

-¿Qué edad tiene tu madre?

-La misma que tú.

-¿Qué opinaría ella de esto?

-Se alegraría como yo hago por ella, su novio tiene mi edad y llevan cinco años juntos. Jamás la había visto tan feliz como ahora. Es más, creo que os llevaríais genial. 

Con este breve y claro ejemplo, cortocircuitó cualquier argumento, para rebatirle este tema. Acto seguido, su beso supo a gloria y los dos días que duró nuestro romance todavía están guardados en mi memoria. Aprendí que si dos personas quieren, todo es posible, solo hay que demostrarlo.

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Comentarios

parejacs
hace 18 días

hola pues imagino que cada pareja es un mundo en nuestro caso ,fue ella quien desde un primer momento lo tenia claro y es la mas joven , siempre nos acordamos del priner dia que dormimos juntos por la mañana la tube que llebar al trabajo y coincidio con la hora del cole y ella iva con su mochila y yo separado de ella parecia que era mi hija jejeje ,si es verdad que la gente mira aunque yo ahora despues de 3 años ni me percato.y tendriamos para escribir un libro de nuestras aventuras y del mundo liberal ,

Paul
hace 18 días

Para mi con casi 33 años, siempre me han gustado las mujeres mayores que yo incluso de la edad de mi madre. Creo que si la atracción es mutua y esta todo consensuado entre dos adultos, independientemente la edad. Pues adelante. Mis mejores romances han sido siempre con mujeres que casi me doblaban la edad.

Señormayor
hace 18 días

Bueno, la edad no es importante, siempre y cuando no se incurra en una ilegalidad. En mi caso, siempre me han gustado las mujeres a partir de 35 años, no las jóvenes. Esto hace una diferencia de 15 años, aunque tampoco me disgustan las que son mayores, si son interesantes...