A falta de unos minutos para que lleguen nuestros invitados, no he podido evitar comenzar el juego. Celia está algo nerviosa por ser su primera vez en este tipo de juegos y, aunque yo tampoco soy un experto en someter a una pareja, con otra mujer como compañera de juegos, sí que he estado más veces con este matrimonio, por lo que puedo asegurar, que lo pasaremos genial. Opto por colocarle un antifaz y privarle de la vista, para después acariciar su cuerpo, besarla y distraerla del tiempo, mientras la ato a la cruz. A penas unos segundos de haber cerrado las esposas, el sonido del timbre nos avisa de que es la hora. La admiro por última vez, antes de ir a la entrada. Es hermosa y está radiante, además de excitada.
Crea tu propia página web con Webador